MICGénero trae para nosotros este intenso documental dirigido por Ashley Sabin y David Redmon, quienes exploran el escabroso mundo del modelaje femenino en el que no todo es glamour; pero, ¿ya sabíamos eso, cierto?; en cambio, la pareja de directores muestra las distintas partes de la telaraña que termina seduciendo y atrapando a tantas jóvenes en el mundo.
Puede quedar la sensación de que no se investiga a fondo las situaciones aquí mostradas y que incluso algunas quedan completamente fuera del documental (no se menciona la palabras “anorexia” o “bulimia” una sola vez); pero puede ser más perturbador el miedo a lo no visto, que a lo mostrado. Sabin y Redmon sugieren que aún hay más dentro de esta caja de pandora.
Una historia contada a través de varias mujeres que se encuentran en distintas etapas de la vida de una modelo; algunas con más edad y dinero que las otras; pero todas con su buena dosis de problemas y el sentimiento de que preferirían estar en algún otro lado, haciendo alguna otra cosa. Básicamente, lo que es un mandamiento en el mundo del entretenimiento: a menos que tengas planeado ser la Cindy Crawford, Claudia Schiffer o incluso la Kate Moss de tu ramo; prepárate para sufrir.
Nadya Vall es una joven campesina de 16 años originaria de Siberia; ella y su familia esperan que el modelaje sea la respuesta a sus dificultades económicas. Sin embargo, los adultos que manejan esta industria no son empáticos con las necesidades de Nadya (ni con la de miles de otras jovencitas ingenuas), y han encontrado la manera de sistemáticamente explotar a estas criaturas al mismo tiempo que se llevan miles de dólares a la bolsa. Después de un viaje prometedor a Japón, irónicamente, Nadya regresa con un saldo de dos mil dólares… pero de deuda. El resbaladizo dueño de su agenciaSwitch, casi baila sentado mientras trata de explicar como esto es posible.
Nadya Vall
Por otro lado nos presentan a Ashley Arbaugh, mujer americana cercana a los treinta años. Ella también fue modelo en algún tiempo y ahora se desempeña como reclutadora de jovencitas en Europa. Desde hace quince años odia su profesión y muestra un aislamiento emocional voluntario hacia las jóvenes para su propio beneficio mental. Sabin y Redmon nos dan a entender que si Nadya alcanza el éxito, podrá aspirar a convertirse en otra Ashley Arbaugh y la historia se repite, cual banda de Möbius. No sugieren una solución, pero mínimo se atreven a abrir esta caja de pandora.
Para la revista Indie Rocks!
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