El retrato épico de una vida en otros tiempos por parte de Martin Scorsese, las consecuencias de las vicisitudes engendradas por la institución de preferencia de cada individuo (en ese sentido muy parecido al meollo de la serie The Wire: el destino inevitable de cada individuo dictaminado por la naturaleza de su institución, en este caso, el Crimen Organizado). En esta película, se ha debatido más la forma de este trabajo de Scorsese; que si El Irlandés no es tan violenta, que si es más parsimoniosa, que si la actuación de Pesci es mesurada; mientras que a mi parecer el fondo sigue siendo congruente con la obra completa de Scorsese: el cruento destino inevitable para las personas dedicadas al crimen. Esta película no celebra los extravagantes excesos del mundo bajo, como lo hacía Goodfellas (por ejemplo, en aquella memorable escena de steadycam hacia el interior del Copacabana), The Irishman si se desenvuelve con más templanza (en parte porque es un monstruo de largometraje con una duración de 3 horas y media), pero hay algunas secuencias que tienen el mismo ritmo, edición y soundtrack (soul americano) que Goodfellas y Casino.
Pero en el fondo el desenlace representa un arrepentimiento para el principal, “El Irlandes” Frank Sheeran (De Niro), cuyo final le llega de una manera menos espectacular que los otros mafiosos de Scorsese, y es que en este trabajo, la edad del director y escritor, junto con la de sus actores (De Niro, así como Al Pacino y Joe Pesci), su editora Thelma Schoonmaker, el productor de confianza Irwin Winkler, lo tiene muy contemplativo ante la mortalidad de él mismo y su equipo de trabajo, él lo ha mencionado en repetidas ocasiones (incluyendo en el detrás de cámaras en Netflix al finalizar la película) como esta etapa en su vida ha condicionado la manera en la que abordó y desarrolló el proyecto. Sheeran, “El Irlandes”, es un mafioso de origen irlandés, que vive las repercusiones del crimen y laviolencia, pero de una manera extendida y solitaria.
El mencionado Sheeran es un miembro del proletariado hasta que conoce a Russel Buffalino (Pesci) y este último lo introduce en el mundo del crimen, haciendo algunos encargos menores hasta que Buffalino lo presenta al jefe supremo sindicalista Jimmy Hoffa (Pacino), y pronto Sheeran es el brazo derecho de Hoffa, su guardaespaldas de facto y su confidente principal. La familia de Sheeran observa preocupadamente sus actividades laborales, especialmente su hija menor Peggy (Lucy Gallina de niña, Ana Pacquin de adulta), quien, aunque no dice nada al respecto, siempre observa inquisitivamente a su padre, como bien sabiendo lo que ocurre, al mismo tiempo que a ella le repugna Buffalino y adora a Hoffa.
El filme, que abarca desde el servicio de Sheeran en la Segunda Guerra Mundial, hasta su estancia en una casa para ancianos a principios de los 2000’s, es épico por el número de décadas que abarca, y costumbre de Scorsese, de contar un cuento del crimen que se expande por diferentes épocas. Mejor aún, para The Irishman, no se especifican fechas para cada escena, y se desenvuelve frente a nosotros una vida entera que podemos discernir cambia de épocas por la apariencia o circunstancias de los personajes (no es a veces así en la vida real? cuando no precisamos el año pero si las circunstancias de las personas o de nosotros mismos). Para condensar este caldo de vida aún más, las escenas se intercalan entre las décadas porque todo viene a manera de recuento, con el anciano Sheeran contando su historia para unos agentes del FBI en la mencionada casa para ancianos. Scorsese no precisa fechas, pero si hace un apunte para cada personaje: la violenta manera de morir años más tarde.
Y es verídico, la historia es verídica, no con pseudónimos, pero adaptada completamente a partir de la novela I Heard You Paint Houses (Escuché Que Pintas Casas) de Charles Brandt, título original de la película también, reconocido libro del 2004, principalmente porque resuelve el misterio del paradero final del cuerpo de Hoffa. De Niro estuvo tan conmovido por el libro que se lo presentó ceremonialmente a Scorsese, para que produjeran el proyecto juntos, y después de varios años en limbo, entraron otros productores incluido el veterano Irwin Winkler y el mexicano Gastón Pavlovich. Otro mexicano involucrado fue el celebrado director de cinematografía Rodrigo Prieto.
Un tema contencioso para esta película ha sido la utilización de efectos computarizados para rejuvenecer los rostros de De Niro, Pesci y Pacino hasta por 40 años (y envejecerlos artificialmente por otros pocos años); el resultado ha dividido opiniones y mientras que a unos es un distractor muy potente, en lo personal solo es incómodo cuando se combina el rostro “joven” con el cuerpo actual del actor, los movimientos siguen siendo lentos de una persona mayor, aparte de que para desgracia de los productores, SI hay referente de un De Niro durante su juventud en Taxi Driver, y ese joven que aparece aquí en The Irishman no es el De Niro de Taxi Driver!
Siendo un filme mafioso de Scorsese, el siglo XX pasa volando por la pantalla, cual canción de Billy Joel, aderezándonos la trama con Kennedy (JFK y RFK), la Bahía de Cochinos, Nixon, Watergate, Don Rickles, el Copacabana y otros eventos o personajes históricos; el guion de Steven Zaillian está repleto de historia, de pathos, y de intriga, yo digo que The Irishman es una joya más en la corona de Scorsese en cuanto a sus épicas mafiosas se refiere, que importa si no es totalmente diferente al tono y espíritu de las pasadas (si acaso, me parece que The Departed es realmente distante a las otras de mafiosos), el cine de este artista tiene memoria, y eso no es pecado.
4 / 5